Una calurosa tarde de verano en Arizona a menudo significa pasar tiempo en la piscina con la familia y amigos. Puede ser un buen momento para refrescarse, mantenerse activo y disfrutar del buen tiempo, pero las piscinas pueden ser peligrosas. Echa un vistazo a estos consejos para mantenerte seguro la próxima vez que te sumerjas.
Supervisar el acceso
- Instale una valla de al menos metro y medio de altura alrededor de la piscina, que idealmente debería rodearla por los cuatro costados y separarla completamente de su casa y su jardín. No debe tener ningún hueco por el que un niño pequeño pueda deslizarse por encima, por debajo o a través. La puerta debe ser de cierre y bloqueo automáticos, sin que un niño pequeño pueda abrirla o alcanzarla.
- Añada una capa adicional de protección con alarmas o notificaciones para la piscina, la verja de la piscina, las puertas y las ventanas, que pueden avisarle cuando alguien está dentro o cerca de la piscina.
- Asegúrese de que el recinto de su piscina y su propiedad cumplen los requisitos de seguridad del código de construcción de su ciudad o condado.
Designar un vigilante del agua
Nunca deje a los niños solos, ni siquiera por un momento, en una piscina u otra masa de agua, incluidos lagos, playas e incluso bañeras o cubos de agua.
Cuando haya algún nadador inexperto en la zona de la piscina, asegúrese de que haya un adulto designado que le supervise continuamente. Este adulto no debe estar bajo la influencia de drogas o alcohol, no debe tener ninguna distracción (incluidos teléfonos móviles, libros, revistas, etc.) y, preferiblemente, debe saber nadar y realizar la reanimación cardiopulmonar. Asegúrese de que el Vigilante del Agua designado es consciente de que es el único que supervisa y de que debe ceder la responsabilidad a otro adulto cualificado si se distrae o necesita salir de la zona de la piscina. En algunos hogares se utiliza un cordón u otro elemento para identificar al Vigilante Acuático designado y disponer de un elemento físico que entregar cuando se transfiere la responsabilidad a otra persona.
Aprender a nadar
Considere la posibilidad de dar clases de natación para padres y niños mayores de un año. Estas clases ayudan a los más pequeños a acostumbrarse al agua y son una buena introducción para futuras clases de natación. Los niños a partir de cuatro años suelen estar preparados para recibir clases de natación independientes. Hable con su pediatra sobre el grado de preparación de su hijo para recibir clases de natación. Hay una gran variedad de opciones de clases de natación para niños de todas las edades, así como para adultos, en piscinas públicas, privadas e incluso en su propia casa. Independientemente de dónde aprenda a nadar tu hijo, si tienes una piscina en casa o en otro lugar que utilices con regularidad, asegúrate de que los nadadores se familiarizan con la disposición de la piscina, como los cambios en la profundidad del agua y la ubicación de los escalones.
Utiliza el sistema de amigos
Ni siquiera los nadadores adultos experimentados deben nadar nunca solos. Las emergencias médicas y ambientales no relacionadas con la capacidad de nadar pueden surgir cuando menos se las espera. Nadar con un compañero proporciona un nivel extra de seguridad y, además, es más divertido.
Compruebe su equipo
- Mantenga cerca de la piscina equipos de rescate como un gancho de seguridad y un salvavidas para facilitar el acceso en caso de emergencia.
- Evite las ayudas inflables para nadar, como los flotadores, ya que no sustituyen al equipo de salvamento adecuado, como los chalecos salvavidas.
- Hable con el operador de su piscina para asegurarse de que los desagües de su piscina (y spa si tiene uno) cumplen con la Ley de Seguridad en Piscinas y Spas.
Precaución con los productos químicos
Los productos químicos como el cloro mantienen nuestras piscinas limpias y agradables, pero pueden tener graves efectos sobre la salud si se utilizan de forma inadecuada. Siga siempre las instrucciones de almacenamiento y uso que figuran en el envase del producto químico y conozca el tratamiento de urgencia recomendado para los distintos tipos de exposición o ingestión accidental. También es una buena idea programar el número de teléfono del Servicio de Toxicología (1-800-222-1222).
Evite las quemaduras solares y la deshidratación
Es fácil quemarse con el sol y deshidratarse en la piscina porque el agua te mantiene fresco. Aunque no notes la piel caliente, asegúrate de ponerte y volverte a poner crema solar, protege la piel expuesta con una camiseta o un sombrero de ala ancha y busca la sombra entre las 10.00 y las 16.00 horas, cuando los rayos ultravioletas del sol son más intensos. Tenga una botella de agua cerca de la piscina y beba aunque no tenga sed. Es muy probable que estés sudando bajo el agua (ya sea por la temperatura exterior o por el esfuerzo físico) y necesites reponer líquidos para mantenerte hidratado. Asegúrate de que todos los que estén en la piscina o cerca de ella conozcan los síntomas de las enfermedades relacionadas con el calor y busque primeros auxilios o tratamiento médico cuando sea necesario.
No nade durante las tormentas
Las tormentas eléctricas son frecuentes durante el verano en Arizona y el agua conduce la electricidad. En caso de tormenta, el Instituto Nacional de Seguridad contra los Rayos recomienda evacuar la piscina inmediatamente y buscar refugio en el interior de la casa hasta al menos 30 minutos después de que se oiga el último trueno.
Su proveedor de NOAH es un gran recurso para la seguridad en el agua, las enfermedades relacionadas con el calor y la exposición al sol. Si no te has hecho un chequeo recientemente o tienes alguna preocupación específica concierte una citanos encantaría verle.