Elegí ser consejera porque me encanta plantar semillas y dar consejos. La mayoría de la gente piensa que va a recibir consejos de un consejero. En lugar de eso, les plantan semillas en el cerebro (no literalmente). Estas semillas empiezan a brotar y a crecer a medida que pasa el tiempo. Si tengo suerte, podré ser testigo de ello con alguno de mis clientes. Por eso elegí esta profesión: para momentos así. Suena cursi, lo sé, pero espera a que te pase a ti. Entonces lo entenderás.