Quién iba a pensar que una semilla tan pequeña podría producir una abundancia tan asombrosa de nutrientes como fibra, ácidos grasos omega-3 y antioxidantes. Añade otros ingredientes clave y tendrás una ración de avena de bayas que despertará tus papilas gustativas a primera hora de la mañana.
Mezclar la avena, la leche y las semillas de chía y remover bien.
Espolvorea canela, añade arándanos y coloca el yogur griego encima de la mezcla.
Dejar la avena en la nevera toda la noche para que la mezcla absorba el líquido. Añadir otros ingredientes al gusto.
Notas: Los copos de avena se pueden comer fríos o calentarlos cuando estén listos para comer.
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