¿Sabías que la calabaza está repleta de nutrientes beneficiosos para la salud y la piel? Con un alto contenido en carotenoides como el betacaroteno, que nuestro cuerpo convierte en vitamina A, los estudios han demostrado que estos carotenoides pueden actuar como un protector solar natural. También pueden ayudar a proteger las células de la piel contra el daño de los dañinos rayos UV. La calabaza también contiene mucha vitamina C. El cuerpo la necesita para producir colágeno, una proteína que mantiene la piel y los huesos fuertes y sanos. ¿Alguna vez pensaste que una galleta podría aportar tantos nutrientes de una forma tan satisfactoria? Mientras preparas esta deliciosa receta, piensa en todos los beneficios para la salud que te aporta esta calabaza de invierno.
Precalentar el horno a 350 grados Fahrenheit. Forre dos bandejas para hornear con papel pergamino.
Coge un bol hondo grande y añade la mantequilla y el eritritol. Bate hasta que quede esponjoso y totalmente incorporado.
Añadir el puré de calabaza, el huevo y la vainilla y batir de 2 a 3 minutos o hasta obtener una mezcla homogénea.
Añadir suavemente la harina de almendras, la canela, la nuez moscada, la especia de calabaza, la levadura en polvo y la sal marina y mezclar durante 1 o 2 minutos más. Raspar los lados del bol y dar a la mezcla una última mezcla para asegurarse de que todos los ingredientes estén completamente incorporados. (En este momento, me gusta colocar un paño de cocina limpio sobre la masa y dejarla en la nevera mientras limpio la cocina. Esto permite que la masa se enfríe un poco para que cuando las galletas se horneen no queden demasiado planas y pierdan su forma).
Saca el bol de masa y coge una cuchara mediana para galletas. Saque bolas de masa y colóquelas en la bandeja forrada, separadas unos 5 cm unas de otras. Puede aplanar ligeramente las galletas con el dorso de una cuchara o con el fondo de un vaso. Repite la operación hasta que todas las galletas estén listas para el horno.
Hornee las galletas durante 15-20 minutos hasta que estén doradas.
A continuación, prepara el glaseado. Utiliza un bol pequeño y bate los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea. Si está demasiado espeso, añade una cucharadita de nata cada vez hasta obtener una consistencia untable y reserva.
Cuando las galletas estén hechas, sácalas del horno y déjalas enfriar a temperatura ambiente.
Esparce una cucharadita de glaseado por encima de cada galleta y espárcelo siguiendo un patrón divertido (yo suelo hacer remolinos). Si quieres, espolvorea un poco de canela por encima y ¡a disfrutar!
Notas: Desde que las hice, me han pedido que haga más de una tanda (créeme, volarán de la bandeja de galletas antes de que la dejes para servir a tus invitados). Lo mejor es hacer una doble tanda y congelar algunas para más tarde. Así las tendrás a mano cuando alguien necesite una dosis de especias de calabaza.
0 porciones
1 galleta