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¿No puede decidirse? Puede ser ansiedad

Por Jillian Irwin, LMFT | Counseling

La toma de decisiones es un aspecto fundamental de la vida cotidiana, pero para algunas personas puede convertirse en una fuente de estrés e incertidumbre. La dificultad para tomar decisiones, sobre todo las importantes, puede estar relacionada con la ansiedad. He aquí un análisis más detallado de cómo la ansiedad puede afectar a los procesos de toma de decisiones.

Indecisión y ansiedad

La ansiedad puede manifestarse de diversas formas, y un síntoma común es la indecisión. Las personas con ansiedad pueden tener dificultades para tomar decisiones debido a varios factores:

  • Pensamiento excesivo - La ansiedad suele llevar a preocuparse y pensar en exceso, lo que dificulta sopesar las opciones y llegar a una conclusión.
  • Miedo a cometer errores: la ansiedad puede generar miedo a tomar una decisión equivocada, lo que lleva a dudar y a cuestionar las decisiones.
  • Perfeccionismo: algunas personas con ansiedad se exigen mucho a sí mismas y temen que sus decisiones no cumplan estos criterios, lo que les lleva a la indecisión.
  • Ansiedad anticipatoria: es la ansiedad por la ansiedad. La anticipación de posibles resultados negativos puede paralizar la toma de decisiones, ya que la persona se centra en evitar los riesgos percibidos.

Impacto en la vida cotidiana

La dificultad para tomar decisiones debido a la ansiedad puede tener consecuencias importantes en diversos ámbitos:

  • Vida personal - Decisiones sencillas, como qué comer o qué ponerse, pueden resultar abrumadoras y llevar a postergarlas o evitarlas.
  • Trabajo o estudios - La elección de proyectos, tareas o la toma de decisiones relacionadas con la carrera profesional pueden suponer un reto, afectando a la productividad y al progreso.
  • Relaciones: la indecisión provocada por la ansiedad puede entorpecer las relaciones, ya que la incapacidad para elegir o expresar preferencias puede dar lugar a malentendidos o conflictos.
  • Bienestar emocional - El estrés constante de la toma de decisiones puede contribuir a aumentar los niveles de ansiedad y provocar otras emociones como culpa, impotencia o frustración. Esto puede afectar a la salud mental y al bienestar general.

Si la ansiedad afecta a su capacidad para tomar decisiones o tiene otras repercusiones en su vida cotidiana, no está solo. Según el Instituto Nacional de Salud Mentalcasi el 20% de los adultos de Estados Unidos padece algún tipo de trastorno de ansiedad. En los casos leves de ansiedad, puede intentar controlar los síntomas en casa.

Afrontar los retos de la toma de decisiones

La gestión de las dificultades para tomar decisiones relacionadas con la ansiedad implica un enfoque polifacético:

  • Reconocer la ansiedad - Reconocer que la ansiedad puede estar contribuyendo a la indecisión y buscar el apoyo de profesionales de la salud mental para su evaluación y orientación.
  • Practicar la atención plena - Las técnicas de atención plena pueden ayudar a reducir los niveles de ansiedad, mejorar la concentración y promover un pensamiento más claro durante la toma de decisiones.
  • Establezca expectativas realistas - Desafíe las tendencias perfeccionistas estableciendo expectativas realistas para las decisiones y aceptando que no todos los resultados serán perfectos.
  • Busque apoyo - Hable con amigos de confianza, familiares o un terapeuta sobre los retos de la toma de decisiones y explore estrategias para hacer frente a la ansiedad en situaciones de toma de decisiones.

Al abordar la ansiedad y desarrollar estrategias de afrontamiento, las personas pueden recuperar la confianza en su capacidad para tomar decisiones y afrontar las elecciones de la vida con mayor eficacia. Si necesita ayuda para controlar o incluso diagnosticar su ansiedad, empiece por concertando una cita con un proveedor de atención primaria, consejero o psiquiatra de NOAH. Su equipo de atención de NOAH colaborará con usted para desarrollar el plan de tratamiento adecuado.

Se ofrecen servicios de asesoramiento y psiquiatría a partir de los 6 años. NOAH acepta la mayoría de los planes de seguro (incluidos todos los planes de Medicaid de AHCCCS) y una escala móvil de honorarios ofrece tarifas reducidas para quienes reúnan los requisitos según los ingresos familiares y el tamaño de la familia. Para obtener más información acerca de la elegibilidad, póngase en contacto con NOAH Recursos comunitarios.

¿Por qué me siento así? ¿Estrés o ansiedad?

Imagínese preparándose para el día. Al salir de la cama y meterte en la ducha, ¿piensas en lo ajetreada que ha sido la semana y en todas las cosas que tienes que hacer en casa? ¿O tiene una profunda sensación de temor, pero no sabe por qué? ¿Sientes náuseas en el estómago y no has podido dormir porque tu mente nunca se desconecta? Tanto el estrés como la ansiedad parecen similares porque forman parte del mismo sistema de respuesta de nuestro cuerpo ante una amenaza percibida. ¿Cómo saber si lo que sientes es estrés o ansiedad continua? Puede ser difícil saberlo. Aquí tienes algunas cosas que debes tener en cuenta.

En la mayoría de los casos, el estrés está relacionado con una situación o circunstancias concretas de la vida y es de corta duración. Por ejemplo, estás estudiando y tienes dos exámenes y un trabajo para dentro de tres días. Te sientes presionado y te quedas despierto hasta tarde para estudiar. Durante este tiempo, sientes tensión en el cuello y los hombros y estás más irritable de lo normal. Una vez terminados los exámenes y entregado el trabajo, te sientes mucho mejor y puedes disfrutar de tiempo con tu familia y amigos.

Aunque la ansiedad puede tener síntomas muy parecidos a los del estrés, suele ser más generalizada (no se centra en un acontecimiento o circunstancia concretos) y persistir más tiempo que el estrés. Muchas veces, una persona con ansiedad dirá que no sabe por qué se siente preocupada o no puede dormir. La ansiedad se manifiesta de diversas maneras y es diferente para cada persona. La irritabilidad, el malestar estomacal, la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, la preocupación excesiva y la sensación de que algo malo está a punto de ocurrir son síntomas de ansiedad generalizada.

Todo el mundo experimenta estrés o ansiedad en algún momento de su vida. He aquí algunos consejos rápidos para controlar sus síntomas. En primer lugar, debes saber que el estrés y la ansiedad suelen conllevar una serie de síntomas físicos desagradables. Si notas que el corazón te late deprisa o te cuesta respirar hondo, busca la forma de bajar el ritmo que mejor se adapte a ti. Por ejemplo:

  • Céntrate en respirar con intención.
  • Comprometerse en la respiración de la caja - https://www.youtube.com/watch?v=tEmt1Znux58
  • Hable con un amigo o familiar de confianza.
  • Muévete su cuerpo realizando alguna actividad física agradable.
  • Sumerja brevemente la cara en agua fría.

Puede ser difícil decidir cuándo buscar ayuda para sus síntomas. Una buena regla general es si sus síntomas están afectando a su vida cotidiana o le impiden cuidar de sí mismo. Busque el consejo de su médico de cabecera o de un profesional de la salud conductual. La mayoría de las personas experimentan síntomas de estrés o ansiedad en algún momento de su vida y ambos responden bien al tratamiento. Debes saber que lo que sientes no tiene por qué dominarte y que puedes encontrar formas de controlar tus pensamientos y sentimientos.

El mundo parece aterrador - Hacer frente a la ansiedad por Andres Jaramillo, LPC

Todos tenemos cosas que nos hacen sentir ansiosos, como dar una presentación o tener una entrevista de trabajo, pero puede parecer que en nuestra vida diaria cada vez nos encontramos con cosas más extremas, horribles o aterradoras. Esto hace que a nuestra mente se le ocurran más fácilmente los peores escenarios negativos, que acaban subiendo el volumen de la ansiedad.

¿Qué es la ansiedad?
Es un sentimiento normal que experimentamos cuando prevemos que algo malo puede ocurrir.

En un mundo tan conectado como el actual, la posibilidad de que ocurra algo aterrador, horrible o amenazador puede aparecer en nuestra mente con sólo encender las noticias o llevar a nuestros hijos al colegio.

Prueba estas 3 cosas para bajar los sentimientos de ansiedad y poder seguir haciendo las cosas que quieres hacer.

1 - Un cuerpo relajado va unido a una mente relajada. Incluso ver u oír cosas horribles y aterradoras -quizá las noticias sobre la última epidemia- puede hacer que se active la respuesta de "lucha o huida". Nuestro cuerpo produce cambios físicos como el aumento del ritmo cardíaco, la sudoración o la tensión muscular para estar preparado para luchar o huir del peligro.

Cuando realizamos actividades para desactivar a propósito nuestra respuesta de lucha o huida, o relajar nuestro cuerpo, nuestra mente juega a seguir al líder.

Prueba esto, fíjate: 

  • 5 cosas que puedes ver: fíjate en las formas, los colores, el brillo, las sombras.
  • 4 cosas que puedes oír: fíjate en los tonos, los volúmenes, el tono.
  • 3 cosas que puedas sentir/tocar - fíjate en las texturas.
  • 2 cosas que puedas oler - nota toques dulces, amargos, picantes, etc.
  • 1 cosa que puedas saborear - nota golpes de picante, dulce, ácido, etc.

Fíjate y observa cosas a las que nunca antes habías prestado atención. Tal vez puedas decir lo que observas en voz alta, o sólo para ti mismo. Puedes combinarlo como quieras, por ejemplo, si estás en un restaurante y saboreas 5 cosas o hueles 5 cosas. Se trata de utilizar los sentidos de forma intencionada. Al salir de tu cabeza e involucrar a tu cuerpo en una actividad lenta y consciente, es prácticamente imposible centrarse en la imagen que provocó la ansiedad en primer lugar.

2 - Recuérdatelo a ti mismo: Lo que sientes no siempre es cierto. ¡Siento que me estoy volviendo loco! Tal vez te hayas dicho algo así a ti mismo y, si queremos bajar el volumen de la ansiedad, tenemos que cuestionar la forma en que nuestros sentimientos "prueban" que algo va a suceder.
Echas un vistazo rápido a tus últimas noticias en las redes sociales y ves una historia sobre una familia en la que un ladrón entró en su casa y asesinó a tres personas. Rápidamente, la conmoción, el miedo, el horror o la tristeza invaden tu experiencia. Es válido que te sientas así, pero la mente, con sus increíbles habilidades, utilizará esas emociones como prueba para llegar a una conclusión que puede no ser cierta.
¡Tengo miedo, eso significa que algo malo va a pasar!

Prueba esto:

  •  Respire hondo varias veces, lo suficiente para ver cómo se dilata y contrae la zona abdominal.
  • Reconoce que tienes miedo: ¿tienes un nudo en el estómago? ¿Son pensamientos acelerados?
  • Respira hondo unas cuantas veces más.
  • Céntrese en los hechos.

Los hechos en sí no aumentan la ansiedad, lo hace la percepción de que podría ser una amenaza. Al dejar pasar el tiempo y respirar entre lo que has visto/escuchado y la toma de cualquier decisión, permites que la intensidad de la ansiedad disminuya como la marea en una playa. Tendrás más posibilidades de estar tranquilo y centrarte en los hechos y no en los "podría".

3 - Aceptar lo imprevisible pero estar preparado. No puedes saber realmente si alguien entrará en tu casa, si usará un arma de forma violenta o si te contagiarás el nuevo virus que circula por ahí, pero quizá podamos estar preparados lo mejor que sepamos.

Si te has dado cuenta de que las noticias, las redes sociales o las historias que has oído a tus amigos han aumentado tu ansiedad, has pasado por los puntos 1 y 2 anteriores y todavía te sientes intranquilo, entonces tal vez el siguiente paso sea la acción preparada.
Hacemos simulacros de tiroteo activo, nos formamos en RCP y nos ponemos el cinturón de seguridad con la mentalidad de aceptar que nunca sabremos SI algo malo podría suceder y estar preparados de todos modos.

Ten un plan:

  • Crea un plan sobre lo que tú y tu familia haríais si ocurriera [insertar situación horrible].
  • Habla con tu lugar de trabajo para comprobar los planes de emergencia.
  • Habla con el colegio de tus hijos para saber qué planes tienen.
  • Hable con su médico sobre sus problemas de salud.
  • Únase a un grupo de vigilancia vecinal.
  • Toma clases de defensa personal.

Si dejamos de centrarnos en los "y si..." y aceptamos que la vida es impredecible y hacemos todo lo posible por estar preparados, aumentará nuestra confianza y nuestra preparación, igual que cuando planificamos y estudiamos lo que diremos en una presentación o practicamos para una entrevista de trabajo. Si nos sentimos seguros y preparados, no hay lugar para la ansiedad.

Todo el mundo experimenta ansiedad y sí, es normal. Si disponemos de ciertas herramientas, como las tres anteriores, podemos superar cualquier situación que nos provoque ansiedad y estar bien incluso en el ajetreado y aterrador mundo actual.

Nota importante: la ansiedad cotidiana normal es diferente de padecer un trastorno de ansiedad.

Si la ansiedad que sientes es incontrolable, se prolonga durante más de dos semanas e interfiere en tu vida cotidiana o en tus relaciones, quizá puedas plantearte consultar a un profesional de la salud mental y determinar la mejor forma de actuar.

Seis técnicas para combatir la ansiedad y el pánico

Para muchos, hacer frente a los cambios ya es bastante difícil, por no hablar de las emociones a las que muchos pueden enfrentarse como el miedo y la ansiedad debido a los cambios en las rutinas diarias. El estrés añadido por la pérdida del trabajo y la incapacidad para cubrir los gastos, la enfermedad o la pérdida de un ser querido, puede causar ansiedad y pánico. Conozca estos seis consejos que le ayudarán a afrontar estas emociones.

Respirar lenta y profundamente. La ansiedad puede hacer que respires muy deprisa, lo que empeora aún más los síntomas mentales y físicos de un ataque de pánico o de ansiedad generalizada. Cuando empiece a sentir pánico, asegúrese de respirar lenta y profundamente para calmar la mente y el cuerpo. Asegúrate de respirar utilizando la "respiración abdominal", también conocida como respiración diafragmática.

Detente y piensa. Cuando tus pensamientos empiecen a descontrolarse, dite a ti mismo que pares. Organiza tus pensamientos y decide qué necesitas hacer para volver a la calma. Esta es una forma de interrumpir los pensamientos y volver a centrarte.

Piensa en positivo. Aleja los pensamientos negativos de tu mente y recuérdate a ti mismo que tienes el control. Piense en momentos en los que ha sido capaz de gestionar situaciones con éxito y reducir la ansiedad. Permanezca en el momento presente.

Tómate un descanso. Si necesitas abandonar una situación, hazlo o dile a alguien que necesitas marcharte. No tengas miedo de pedir ayuda. Permitir que te alteres más no te ayudará si lo que realmente necesitas es dar un paseo y desahogarte. Permítete tener el espacio que necesites.

Relaja los músculos. La ansiedad hace que todo el cuerpo se tense, así que haz un esfuerzo consciente por relajar cada músculo, desde los dedos de los pies hasta el cuello y la cara. Esto aliviará la tensión.

Haz ejercicio físico. El ejercicio puede combatir el estrés y la ansiedad. También puede mejorar su salud general y su sistema inmunitario. Incluso un paseo a paso ligero puede ayudar.

Consejos para recordar:

  • Respira hondo.
  • Autocuidado.
  • Sueño adecuado.
  • Ejercicio.
  • Habla contigo mismo.
  • Reconoce tus sentimientos.
  • Atención plena.
  • Baños calientes de lavanda.
  • Reducir el consumo de cafeína/nicotina/alcohol.
  • Mantente presente.
  • Buena alimentación.
  • Relajación muscular.
  • Más despacio.
  • Imagina tu "lugar seguro".
  • HALT (hambriento, enfadado, solo, cansado).
  • Cierra los ojos

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