Manténgase sano y feliz estas fiestas
Se supone que las vacaciones son divertidas y alegres, ¿verdad? Pues sí. Sin embargo, con las fiestas llega el estrés y, en algunos casos, incluso la depresión. Ser realista, planificar con antelación y buscar apoyo pueden ayudar.
Sea realista
Comprar, envolver, hornear, decorar e incluso asistir a fiestas y eventos navideños pueden hacer que se sienta abrumado durante las fiestas. Recuerde que no tiene que hacerlo todo. Elige las cosas más importantes para ti y tu familia. Si siempre decoras por dentro y por fuera, elige sólo una y alterna año tras año. Las familias cambian y crecen, y las tradiciones también. Elige algunas para mantenerlas e incorpora nuevas tradiciones, sobre todo las que no supongan mucho trabajo.
Ceñirse a un presupuesto también es importante durante las fiestas. Antes de comprar regalos y alimentos, decida cuál es su presupuesto y no se salga de él. El dinero no compra la felicidad.
Establezca expectativas realistas también para las relaciones. Que sea Navidad no significa que de repente todo el mundo se lleve bien. Es importante dejar a un lado las diferencias. Acepta a tus amigos y familiares tal y como son aunque no estés de acuerdo con algunos de sus pensamientos y comportamientos.
Planificar con antelación
Planificar con antelación también puede ser útil para aliviar el estrés navideño. Reserva algunos días para comprar, envolver, hornear, decorar y ponerte en contacto con familiares y amigos. Dividir todo lo que tienes que hacer en bloques de tiempo manejables te ayudará a reducir la ansiedad provocada por las prisas de última hora.
Aprende a decir "no". Se te apreciará mucho menos si te sientes resentido y abrumado porque pones demasiado de tu parte. Si crees que debes ayudar, añade tiempo para esos proyectos en tu agenda cuando planifiques con antelación. Asegúrate de gestionar las expectativas comprendiendo lo que se te pide y no asumas tareas adicionales que no estaban en tu agenda original.
Tómate tiempo para ti
El autocuidado es importante, sobre todo durante las vacaciones. Encuentre algo que le ayude a despejar la mente, como ejercicios de respiración, salir a pasear, escuchar música o dar un paseo en coche. Pasar 15 minutos a solas sin distracciones puede ayudarte a recuperar la "calma interior".
A veces, el mero hecho de tener a alguien con quien hablar puede aliviar la carga de una situación estresante. Llama a un amigo o familiar de confianza y hablad de cualquier cosa. Despeja tu mente de lo que te estresa o aborda el tema de frente; sabrás lo que te conviene en función de cómo te sientas después de la conversación. Además, existen canales en las redes sociales, grupos de apoyo e incluso eventos en línea que pueden proporcionar un sistema de apoyo que te ayude a aliviar la tensión.
Mientras que muchas personas experimentan estrés durante las fiestas porque hay demasiado que hacer, otras se sienten ansiosas y deprimidas porque no tienen una agenda repleta para las fiestas. Si usted o alguien que conoce se siente aislado o solo, acérquese a su comunidad. Participe en actos sociales a través del trabajo, la escuela o incluso la iglesia a la que asiste. Dedicar algo de tiempo al voluntariado es otra forma estupenda de llenar la agenda y levantar el ánimo.
Es importante saber cuándo los síntomas se están volviendo incontrolables y hay que buscar ayuda. Si se siente triste, ansioso, irritable, desesperanzado o incapaz de dormir o de realizar sus tareas cotidianas, puede que haya llegado el momento de acudir a un profesional. Los profesionales de la salud mental tienen herramientas para ayudarte a sentirte mejor hablando y procesando tus sentimientos. No hay nada malo en pedir ayuda. Asegúrate de dar prioridad a tu salud mental porque todos necesitamos tiempo para recargarnos.
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